Obras maestras

Se trata sobre todo de la obra de un artista genial, que ha sido absorbido por el espíritu de la época de tal forma que su experiencia personal se convierte en universal.
Clark, Kenneth (1979): What is a Masterpiece?

viernes, 6 de abril de 2012

Temas del Romanticismo con fragmentos de autores europeos

MARTA U.

                        FRIEDRICH  HÖLDERLIN  (Alemania. 1770 – 1843)
Es uno de los poetas románticos más importantes. En su poesía romántica incluye elementos clásicos gracias a su conocimiento de la lengua y la literatura griega. Escribe poemas de sencillez expresiva y sensibilidad, en los que trata temas como el amor a la libertad, los ideales revolucionarios, la mitología, el cristianismo, etc. Entre sus obras poéticas destacan El archipiélago, En medio del camino de la vida, Patmos y la novela epistolar Hiperión.
                              Friedrich Hölderlin.
LECTURA
Hiperión, Hölderlin
HIPERIÓN  A  BELARMINO
No tengo nada de lo que pueda decir: esto es mío.   Lejos y muertos están mis seres queridos, y ya no hay voz alguna que me hable de ellos. Mi negocio aquí en la tierra ha terminado.  Emprendí la tarea pleno de voluntad, me desangré en ella, y no he enriquecido el mundo en un solo céntimo.     Desconocido y solitario vuelvo a mi patria y vago por ella como por un vasto cementerio, donde tal vez me espere el cuchillo del cazador, a quien nosotros los griegos somos tan del agrado como la caza del bosque.  ¡Pero tú brillas todavía, sol del cielo! ¡Tú verdeas aún, sagrada tierra! Todavía van los ríos a dar en la mar y los arboles umbrosos susurran al mediodía.  El placentero canto de la primavera acuna mis mortales pensamientos. La plenitud del mundo infinitamente vivo nutre y sacia con embriaguez mi indigente ser.   ¡Feliz naturaleza! No sé lo que me pasa cuando alzo los ojos ante tu belleza, pero en lasgrimas que lloro ante ti, la bienamada de las bienamadas, hay toda la alegría del cielo.  Todo mi ser calla y escucha cuando las dulces ondas del aire juegan en torno de mi pecho. Perdido en el inmenso azul, levanto a menudo los ojos al Éter y los inclino hacia el sagrado mar, y es como si un espíritu familiar me abriera los brazos, como si me disolviera el dolor de la soledad en la vida de la divinidad.   Ser uno con todo, esa es la vida de la divinidad, ese es el cielo del hombre. Ser uno con todo lo viviente, volver, en un feliz olvido de si mismo, al todo de la naturaleza, esa es la cima de los pensamientos y alegrías, esta es la sagrada cumbre de la montaña, el lugar del reposo eterno donde el mediodía pierde su calor sofocante y el trueno su voz, y el hirviente mar se asemeja a los trigales ondulantes.   ¡Ser uno con todo lo viviente!
                                           Apolo y Hölderlin.


                         HEINRICH  HEINE  (Alemania. 1797 – 1837)
Entre los románticos tardíos destaca él. Era un judío exiliado en Alemania que cantó su relación de amor y odio con su patria en el poema satírico Alemania, un cuento de invierno. Su Libro de canciones se hizo muy popular. Sobre todo es un gran escritor de prosa y se ganaba la vida con crónicas periodísticas de temas políticos y sociales.            
                                         • LECTURA
Alemania, un cuento de invierno. Heine
¡Hermanos lobos! Hoy soy feliz
de estar entre vosotros
donde tantos nobles corazones
me aúllan con cariño.

Lo que en este momento siento
es inconmensurable;
¡ah! eternamente recordaré
estas hermosas horas.

Os agradezco la confianza
con que siempre me honráis
y que en las épocas de prueba
demostráis concluyentemente.

¡Hermanos lobos! Nunca dudasteis de mí,
no habéis caído en la trampa
de los pícaros, que os dijeron
que me había pasado a los perros.

Que había renegado y que pronto iba a ser
consejero en el redil de los corderos...
Desmentirles estaba muy
por debajo de mi dignidad.

La piel de cordero que me echo en los hombros
a veces, para calentarme,
creedme, no me llevó nunca
a entusiasmarme con la suerte de los corderos.

No soy ningún cordero, no soy ningún perro,
ni un consejero, ni un besugo...
Sigo siendo un lobo, mi corazón
y mis colmillos son lobunos.

Yo soy un lobo y siempre
aullaré con los lobos...
Si, contad conmigo y ayudaos a vosotros mismos,
¡entonces también Dios os ayudará!
               
                                     

                                         VICTOR  HUGO  (Francia. 1802 – 1885)
Es la gran figura del Romanticismo francés. A lo largo de su vida evolucionó del conservadurismo al progresismo y cultivó todos los géneros.    Es considerado como el introductor de la nueva estética romántica, cuyo manifiesto lo escribió en el prólogo del drama Cromwell. Rompió las rígidas normas de la tragedia clásica francesa con Hernani y y sus éxitos en el teatro continuaron con El rey se divierte y Ruy Blas.   Se expresa con pureza de forma en sus primeros libros de poesía, como Baladas o Las hojas de otoño. Más tarde consiguió tener más gravedad y profundidad en Los castigos, Las contemplaciones y La leyenda de los siglos.  Plantea temas de carácter humano y social en sus novelas de tema histórico, entre ellas destacan Nuestra Señora de París, de ambientación medieval, y Los Miserables, una de sus obras más famosas, que trata de los episodios revolucionarios de 1832 en París.
  • LECTURA
Los miserables.  Victor Hugo
Juan Valjean despertó poco después de la media noche.  Juan Valjean era de una pobre familia de Brie. No había aprendido a leer en su infancia; y cuando fue hombre, tomó el oficio de podador en Faverolles…  Juan Valjean tenía el carácter pensativo, aunque no triste, propio de las almas afectuosas. Su naturaleza estaba algo adormecida, era algo indiferente en apariencia a lo menos. Perdió de muy corta edad a su padre y a su madre… Juan Valjean se encontró sin más familia que una hermana de más edad que él, viuda y con siete hijos entre varones y hembras. Esta hermana había criado a Juan Valjean, y mientras vivió su marido tuvo en su casa a su hermano. El marido murió cuando el mayor de los siete hijos tenía ocho años y el menor uno. Juan Valjean acababa de cumplir veinticinco años. Reemplazó al padre, y mantuvo a su vez a su hermana que lo había criado. Hizo esto sencillamente, como un deber, y aun con cierta rudeza.   Su juventud se gastaba, pues, en un trabajo duro y mal pagado. Nunca le habían conocido "novia" en el país. No había tenido tiempo para enamorarse.
                 


                      JOSÉ  DE  ESPRONCEDA  (España. 1808 – 1842)
Es uno de los representantes más destacados del Romanticismo liberal por su vida y su obra.           Destacó sobre todo por su obra poética. Sus composiciones tienen un carácter social y político que expresa la queja profunda y dolorida por la desigualdad y la injusticia. En su poesía romántica están un conjunto de composiciones cortas dedicadas a seres marginales (el pirata, el verdugo, el mendigo, el reo de muerte) y dos poemas narrativos: El estudiante de Salamanca y El diablo mundo.     El diablo mundo pretendía ser un poema de carácter filosófico y social protagonizado por un personaje llamado simbólicamente Adán, pero su proyecto quedó sin terminar. Destaca por su intensidad el Canto a Teresa, una elegía compuesta después de la muerte de Teresa Mancha.   El estudiante de Salamanca es un poema narrativo en forma de leyenda, es decir, Espronceda finge haber oído la historia que cuenta. Habla del cristianismo a través del arrepentimiento en el hombre que no se somete a la ley divina. El protagonista es el prototipo de personaje romántico: rebelde, valiente, desengañado del mundo y escéptico. Es apuesto, orgulloso, aficionado al juego, conquistador de varias mujeres y piensa solo en el presente. Destaca por su maldad y, como personaje romántico, cae en la perdición haciéndose rebelde contra Dios.
                              .
LECTURA
Canto a Teresa. Espronceda
¡Ay!, aquella mujer, tan sólo aquella,
tanto delirio a realizar alcanza,
y esa mujer tan cándida y tan bella,
es mentida ilusión de la esperanza
es el alma que vívida destella
su luz al mundo cuando en él se lanza,
y el mundo con su magia y galanura
es espejo no más de su hermosura.
Es el amor que al mismo amor adora,
el que creó las sílfides y ondinas,
la sacra ninfa que bordando mora
debajo de las aguas cristalinas;
es el amor que recordando llora
las arboledas del Edén divinas,
amor de allí arrancado, allí nacido,
que busca en vano aquí su bien perdido
¡Oh llama santa! ¡Celestial anhelo!
¡Sentimiento purísimo! ¡Memoria
acaso triste de un perdido cielo,
quizá esperanza de futura gloria!
¡Huyes y dejas llanto y desconsuelo!
¡Oh mujer, que en imagen ilusoria,
tan pura, tan feliz, tan placentera,

brindó el amor a mi ilusión primera!




                                GIACOMO  LEOPARDI (Italia. 1798 – 1837)
Es el representante de la lírica italiana de esta época y uno de los grandes poetas románticos europeos. Su carácter sombrío y pesimista se ve en sus poemas, muy románticos en su contenido, aunque su conocimiento de la literatura griega y latina da a su poesía sencillez y precisión de tipo clásico. En su poesía destacan Al pie del monumento de Dante, La calma después de la tempestad, Canto nocturno, La retama, recogidos en la recopilación de poemas Cantos.   Fue prosista en Zibaldone, obra con sus pensamientos, recuerdos, observaciones, conversaciones, etc. También en sus Opúsculos morales, que son diálogos en los que escribe de forma irónica y satírica el sentido de la vida.
                                  Giacomo Leopardi.
LECTURA
El primer amor, Canto X.  Leopardi
Vuelve a mi mente el día en que el combate
sentí de amor por vez primera, y dije:
«¡Ay de mí, si es amor, cómo acongoja! »

Con los ojos clavados en la tierra,
yo contemplaba a aquella que, inocente,
mi corazón hizo vibrar primero.

¡Ay, amor, y cuán mal me gobernaste!
¿Por qué tan dulce amor debió consigo
llevar tanto dolor, tanto deseo,

y ni sereno, ni íntegro y sencillo,
mas lleno de lamentos y de afanes,
bajó a mi corazón tanto deleite?
Y dime, tierno corazón, ¿qué espanto,
qué angustia era la tuya al pensamiento
junto al cual era hastío todo goce?
el pensamiento aquel, que, lisonjero,
se te ofreció en la noche, cuando todo
quieto en el hemisferio aparecía.
                                               


    

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